Estos cambios de mentalidad te ayudarán a tener una casa ordenada y mantenerte organizada. Una vez que superas los obstáculos mentales, es MUCHO MÁS FÁCIL tener una casa más limpia y organizada, sin abrumarte.
¿Por qué nos cuesta tener la casa ordenada?
“Esta vez va a funcionar”, te dices al oído. “Voy a limpiar esta casa desordenada, voy a organizarla y así la voy a mantener”.
Muy emocionada, abres la puerta de un armario… o la alacena de la cocina. Aunque tienes frente a ti una imagen real de la gran cantidad de elementos que tendrás que clasificar, aún estás decidida a poner orden.
Tienes tus cajas listas, etiquetadas como “conservar”, “basura”, “reciclar”, “donar” y “vender”. Porque, por supuesto, así es como todo el mundo dice que “deberías” ordenar.
Entonces, comienzas la tarea. Con cada objeto que recoges, afloran los recuerdos.
Apartaste un artículo porque tu tía abuela te lo dio cuando tenías siete años.
Ah, y esa ropa todavía tiene las etiquetas, tal vez deberías intentar usarla o venderla. Realmente deberías tener una venta de garaje, o venderla en Facebook.
Al final del día, te quedas con un desorden más grande y un montón de artículos que crees que valdrán algo de dinero si puedes encontrar al comprador adecuado.
Sin embargo, lo único que has logrado es sentirte cansada.
Derrotada, te alejas del área y cierras la puerta en silencio, dejando atrás tus cajas etiquetadas y jurando que regresarás algún día para terminar el trabajo.
Hoy quiero hablarte sobre algunos problemas que he enfrentado al ordenar mi propia casa y cómo finalmente superé los obstáculos mentales. Muchas de estas recomendaciones provienen, además, de mi trabajo con algunas mamás a las que les costaba mucho tener su casa en orden y quienes con esfuerzo y ayuda han logrado ordenar no solo su casa sino también su vida.
De más está decirte que tomes lo que puedas usar y haz que funcione para ti. ¡Definitivamente, vale la pena el esfuerzo por tener una casa ordenada!
4 cambios de mentalidad que te ayudarán a tener una casa ordenada y cómo terminar con las excusas.
Excusa #1: En casa nadie colabora
Lo entiendo: es difícil asumir un proyecto monumental cuando parece que no tienes apoyo.
A lo largo de los años, he aprendido algunas tácticas para que mi familia ayude a limpiar, incluido mi esposo, y tal vez también encuentres algunas útiles para ti. Solo déjame decirte que gritar o ponerte histérica no hará que tu familia cambie drásticamente de proceder.
Para empezar debes dejar en claro que ser ama de casa no significa que eres la sirvienta de tu familia. Delega tareas y diles que esperas de ellos responsabilidad y compromiso. Entrégale a cada uno una lista de las tareas que deben hacer y explícales cómo deben estar hechas esas tareas para que no haya malinterpretaciones.
Pedirle a tu esposo o a tu hijo que “limpie la sala” puede significar para ellos, recoger la basura del piso, mientras que tú esperas que quiten el polvo de las mesas, lleven los platos vacíos para ser lavados y también que barran o aspiren rápidamente el piso.

Mantener la casa limpia no debe ser enteramente tu responsabilidad.
Excusa #2: Podría necesitarlo más tarde
¿Te arrepentirás más tarde si te deshaces de él?
Solo diré esto… Soy el tipo de persona que solía guardar TODO “por si acaso”. Hasta que descubrí que nunca hubo tantos “por si acaso” en mi vida.
Pensémoslo de esta manera: si algo es tan raro que no puede prever su uso en el futuro cercano, es probable que sea un elemento que se pueda reemplazar fácilmente cuando sea necesario.
Además, no hay nada peor que quedarse con un artículo porque “podría necesitarlo algún día” y no encontrarlo cuando llegue ese día porque ¡el desorden es tan grande!, que no sabrás por donde empezar a buscar.
Así que mi consejo es que te ahorres algo de estrés, hagas más espacio en la casa trabajando en ese desorden y seas realista al pensar si alguna vez necesitarás ese artículo.
Te voy a compartir las preguntas que me hago al ordenar que me ayudan a mantener lo justo y necesario. Te puede servir mucho:
Preguntas para hacer al ordenar
Sé que todos tienen sus propios criterios sobre qué conservar o tirar, pero estos son los míos:
- Si tuviera que mudarme la próxima semana, ¿querría empacar esto?
- ¿Amo este artículo lo suficiente como para limpiarlo regularmente?
- ¿Este artículo necesita reparación? (Lo más probable es que si no lo arreglaste de inmediato cuando se rompió, nunca lo harás. Tíralo).
- ¿Este artículo está relacionado con un pasatiempo que ya no deseo hacer? (Si es así, ¡entonces deshazte de él! Si vuelves a retomar el pasatiempo algún día, puedes obtener cosas nuevas).
- ¿Podría pedir prestado/alquilar/comprar un nuevo “lo que sea” si alguna vez necesitara esta cosa que he tenido desde siempre y nunca he usado?
Excusa #3: Tiene valor sentimental
Los objetos sentimentales son TAN difíciles de ordenar.
¿Te preocupa que tu tía abuela te pregunte por eso que te regaló cuando eras niño y no lo tengas?
¿Te aferras a él por culpa? Es más probable que ni siquiera lo recuerde.
Para dar un poco de perspectiva, ¿cuántos obsequios has dado y no andas preguntando si aún lo conservan? Probablemente, muy pocos, si es que hay alguno.
Una cosa que hago es guardar una caja de plástico para recuerdos de cada miembro de la familia (incluyéndome a mí). En el interior hay recuerdos de la infancia, artículos especiales, registros y proyectos escolares, y cosas por el estilo.
Cada dos años reviso los contenedores y decido si hay cosas que ya no son tan importantes.
Para obtener más ayuda en esta área, consulta mi publicación:
Tips para organizar artículos sentimentales según el método Konmari

Excusa #4. Es algo demasiado bueno para donarlo
Sé que esto es difícil, pero POR FAVOR, deja atrás la idea de que algo es demasiado bueno para donarlo y deberías tratar de venderlo. Este es probablemente EL obstáculo más grande para tener una casa ordenada.
Solía sentir EXACTAMENTE lo mismo, especialmente cuando mencionaba la necesidad de sacar un objeto de nuestra casa y mi esposo decía: “Eso podría valer algo” o “Pagamos mucho dinero por eso”.
Cuando decía eso, es como si validara mis pensamientos de que deberíamos conservarlo o tratar de venderlo.
Me tomó AÑOS darme cuenta de que esa idea no era buena ni para mí ni para mi hogar.
Guardamos todas estas “cosas” porque eran “demasiado buenas para donarlas”, pero al mismo tiempo el trabajo de tomarte una tarde para ponerlas en alguna lista de páginas para vender artículos de segunda mano o algún marketplace, realmente me estresaba porque no soy buena en eso. Me tomaba mucho tiempo y nunca vendía las cosas en poco tiempo.
Así que… finalmente un día pensé: ¿Qué pasaría si me deshiciera de esto y no tratara de venderlo, sino que simplemente lo dejara ir y no tuviera que volver a pensar en ello?
Así fue como comencé a poner todo en cajas con el rótulo “PARA DONAR”.
¿Qué recuerdo de ese día? ¡La felicidad de una casa menos desordenada! Una vez que aprendí a NO asignar valor monetario a los artículos de donación, se volvió MUCHO MÁS FÁCIL dejarlos ir cuando tomé la decisión de ordenar y donar cosas para bendecir a otras personas.
Para los artículos que creo que “realmente podrían valer algo”, se los regalo a algún familiar o amiga que sé que lo cuidará como lo he cuidado yo.
¿Qué otras excusas te dices a ti misma para no ordenar? ¿Has elaborado alguna estrategia para cambiar esa mentalidad? Cuéntame en los comentarios
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¡¡¡¡¡ BUENISIMO ESTE ARTICULO !!!!! ME SIENTO TAN IDENTIFICADA. SOY DE LAS QUE “POR SI ACASO”. TAL CUAL. ME CUESTA DESPRENDERME DE COSAS DEL PASADO QUE NADIE MIRA , NI SABE QUE LAS TENGO. TENGO 74 AÑOS, Y CREO QUE ME AFERRO A ELLAS, COMO UNA COMPAÑIA, ANTE LOS QUE YA NO ESTAN. EMPEZANDO POR MI MARIDO QUE PARTIO HACE RATO, MI HERMANITA QUERIDA, QUE HIZO SIEMPRE DE MI MAMA. VIVO SOLA CON UN HIJO ESQUIZOFRENICO, AL CUAL LE TENGO QUE FISCALIZAR SI TOMA LOS REMEDIOS. Y AHORA CON LA PRIMAVERA, TE JURO QUE ME VIENEN GANAS DE ORDENAR MI CASA. BUENO , SON LAS 10.47 DE LA NOCHE. MAÑANA LO VOY A LEER OTRA VEZ. GRACIAS LUCY, GRACIAS, GRACIAS.